"DIOS TE HACE UN OFRECIMIENTO Y UNA PROMESA"
1 de Juan • Sermon • Submitted
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I. INTRODUCCIÓN
I. INTRODUCCIÓN
Bienvenida a todos desde sus casas, gratitud por la oportunidad de predicar, y dar inicio con una oración para el mensaje.
Hoy vamos a continuar con nuestro estudio de la 1 carta de Juan, y vamos este domingo a leer los pasajes del cap. 5, versículos del 6 al 12.
6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.
7 Tres son los que dan testimonio,
8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.
9 Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.
10 El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
El titulo del sermón es: DIOS TE HACE UN OFRECIMIENTO Y UNA PROMESA.
Recordemos que el domingo anterior, nuestro pastor estuvo enseñando nos acerca del nuevo nacimiento, las evidencias de que hemos nacido de nuevo, y también de nuestra victoria que vence al mundo, la fe en el Hijo de Dios, Cristo el Señor.
Hoy, con la ayuda del Señor, vamos a mira algunos puntos importantes en estos pasajes, que nos exhortan para que, continuando con aprendido la semana pasada, podamos todos nosotros poner en práctica.
Lo primero que vamos a ver es...
II. DIOS PADRE DA TESTIMONIO DE SU HIJO
II. DIOS PADRE DA TESTIMONIO DE SU HIJO
Podemos leer en 1 Jn 5.9, 11, la segunda parte del 9 y el 11.
9 Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de su Hijo.
11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
Ahora, antes de ver lo que la Escritura está enseñando en estos dos pasajes, el apóstol Juan en los versículos 6 al 8 nos hace unas afirmaciones muy importantes acerca de la humanidad de Cristo, de Su deidad o Divinidad, es decir, que Él es el Hijo de Dios, y Dios mismo, y por último nos ofrece solemnemente una autenticación a favor de nuestro Señor Jesucristo.
Volvemos a leer: 1 Jn 5.6
6 Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo mediante agua, sino mediante agua y sangre. El Espíritu es quien da testimonio de esto, porque el Espíritu es la verdad.
Aquí Juan, nos está enseñando que nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo, haciendo referencia a Su encarnación como hombre, esto es, añadiendo a Su naturaleza divina, la naturaleza humana. Jesús fue enviado por Dios el Padre a este mundo, como fue profetizado desde Gen 3.15 con la simiente de la mujer, así como por todos los libros del A.T que anunciaban Su venida a este mundo.
Luego Juan, nos dice que Él vino mediante agua y sangre; y vuelvo recalca que no sólo vino por agua, sino que por los dos medios: esto es, por agua y sangre. Que quiere decir esto? Juan se está aquí refiriendo al bautismo del Señor Jesucristo, y a Su sacrificio en la Cruz del Calvario.
Juan luego nos dice que el Espíritu Santo es el que da testimonio de este hecho, porque el Espíritu es la verdad. Vemos que esto es cierto, porque en el momento del bautismo de Cristo, El Espíritu Santo desciende a Cristo en forma de Paloma y allí el Padre confirma este suceso al decir: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complaciencia”.
Luego:
7 Tres son los que dan testimonio,
8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.
Una vez más Juan, nos dice que el Espíritu Santo es el que da testimonio de la encarnación de Cristo, Su humanidad, y Su Divinidad mediante su sacrificio de sangre en la cruz para el perdón de nuestros pecados. El mismo Señor Jesucristo lo dijo en:
26 Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí,
Y el apóstol Pablo también dice en:
16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios,
Y como muchos de ustedes podrán recordar, y como ya lo mencione, el bautismo de nuestro Señor, y su muerte vicaria en la cruz, dan testimonio de que Él es el Hijo de Dios, y es ese Cordero prometido que Dios envío para quitar el pecado del mundo.
Ahora, con todo esto que hemos podido aprender, podemos concluir en este primer punto lo siguiente:
Este testimonio que el Espíritu, el agua y la sangre dan acerca de Cristo, es el mismo testimonio que da Dios el Padre acerca de Su Hijo, y esto a Su vez nos lleva al propósito final que leímos en el versículo 11:
11 Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
Por lo tanto, el segundo punto importante de estos pasajes es esta:
III. DIOS TE HACE UN OFRECIMIENTO Y UNA PROMESA
III. DIOS TE HACE UN OFRECIMIENTO Y UNA PROMESA
¿Cuál es? Dios Padre, te dice a ti y a mí, que nos dado vida eterna, y esa vida está en Su Hijo Jesucristo.
Ahora, quiero preguntar a las personas que están en sus casas, y aquí conmigo: ¿Tienes la vida eterna que Dios te ofrece? ¿Tienes la vida eterna que Dios te promete?
Una invitación al evangelio a las personas incrédulas… Aquí me quiero referir a las personas que no han entregado aún su vida a Cristo (Señor guíame a hablar en este espacio)
Juan nos dice en el versículo 9 y 10:
9 Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.
10 El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por mentiroso, por no haber creído el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
En el A.T y en la época de Jesús vemos que el testimonio de un hecho era atestiguado por 2 o 3 testigos. Por ejemplo vemos en:
15 No se levantará un solo testigo contra un hombre por cualquier iniquidad o por cualquier pecado que haya cometido; el caso será confirmado por el testimonio de dos o tres testigos.
16 Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que toda palabra sea confirmada por boca de dos o tres testigos.
17 Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero.
Y esto lo vemos en nuestra sociedad actualmente. Cuando hay un hecho que queremos confirmar, buscamos testigos presenciales de los hechos para saber si tal hecho es verdad.
Entonces Juan nos dice, que si nosotros creemos en el testimonio de los hombres, cuánto más deberíamos creer en el testimonio que Dios nos ha dado acerca de Su Hijo Jesús. Su testimonio tiene un peso y veracidad muchísimo más grande que el de los hombres.
Así que el ofrecimiento de Dios para nosotros es: “Aceptar y creer el testimonio que Dios ha dado sobre Su Hijo”. Y aquí quiero exhortar a todos: ya has aceptado y creído en el testimonio que Dios ha dado sobre nuestro Señor Jesucristo?
Si es así, quiero pasar al último punto para ir terminando… y quiero preguntarte
IV. ¿TIENES AL HIJO VERDADERAMENTE?
IV. ¿TIENES AL HIJO VERDADERAMENTE?
Vemos en el versículo 12 que nos dice el apóstol Juan:
12 El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
Para responder esta pregunta quiero que veamos que significa en el original la palabra “tiene”. La palabra tener significa: retener, apegarse, aferrarse. Juan dice que cuando nos aferramos, apegamos y retenemos al Hijo en nuestras vidas, tenemos la vida. Y está vida a la que se refiere Juan, es la vida eterna.
Entonces, cómo podemos saber que tienes al Hijo verdaderamente en tu vida? Porque tienes la vida eterna. Y ¿cómo sabemos que tenemos la vida eterna?, vamos a leerlo en Palabras del Señor Jesucristo en:
3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Hablar sobre la palabra conocer...
V. CONCLUSIONES
V. CONCLUSIONES
Hacer un breve resumen y unas aplicaciones prácticas.
Oración.